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Las variaciones de Antonio Torres en la construcción de la guitarra clásica

LAS VARIACIONES DE ANTONIO TORRES


El luthier almeriense Antonio Torres dedicó sus esfuerzos a hacer una guitarra más ligera, pues sabía que un cuerpo vibra mejor cuanto más pesado resulta, y esto significa que debía ampliar la superficie vibratoria y encontrar una estructura de soporte capaz de mantener la tensión óptima de las cuerdas para que produjeran la respuesta adecuada.

Torres sabía que la el sonido ideal de una guitarra dependía de la integración de muchos factores: la unión del tamaño y la forma de la guitarra, la longitud de las cuerdas en relación con el tamaño del cuerpo para encontrar la correcta tesitura del sonido, la distribución y el calculo del grosor final de la tapa armónica sobre todo y el modo de integrar todos estos factores.

Para lograr un sonido básicamente limpio, se necesitaba una excesiva tensión en las cuerdas lo cual, a su vez requería una fuerte estructura de soporte. A lo cual Torres encontró la flexibilidad optima de las cuerdas, ese punto de flexión ideal, cambiando el exceso de tensión por un aumento de la vibración de la tapa armónica, es decir un grosor idóneo, y una estructura que sin perjudicar la capacidad diafragmática de la tapa que él abovedó, se lograba reducir el exceso de tensión de las cuerdas.

Por ello puso gran esmero en el tipo correcto de madera a emplear en la tapa, en el aumento del ancho de los flancos, en el ajuste perfecto del grosor de la madera y, en la preparación de un sistema de varillas en forma de abanico para fortalecer una estructura tan ligera.

En realidad él sabia que su única genialidad consistió en conseguir una tapa armónica ligera y fuerte, que por medio de su vibración movía el aire contenido en la caja de resonancia, logrando una amplificación del sonido. Para demostrarlo construyó una guitarra con flancos y fondo de cartón piedra y tapa de abeto.

El grosor de la tapa armónica: la distribución del grosor de la madera de la tapa armónica no es idéntica en todos sus puntos, sino que para adecuarlo a las tensiones que las cuerdas imponían sobre esta, Torres la hizo más gruesa en su parte central que en la periferia, siendo mayor en la parte superior a la boca armónica (la que se una al mástil) y de menor grosor en toda la superficie que va desde la boca hasta el final de la guitarra pues es ahí donde la vibración es más amplia. No obstante el problema con que se encontraba era soportar la fuerza acumulada de las cuerdas con una tapa tan delgada, para lo cual introdujo un sistema de varillas radiales.

El sistema de varillas: El sistema de varillas del que hablábamos antes no fue original de Torres, aunque si de constructores españoles de mitad del siglo XVIII.

Lo primero que se conoce de la disposición de varillas en abanico esta en una guitarra de Sanguino, y José Benedid había introducido hacia 1783 un sistema de tres varillas. Años más tarde los Pagés de Cádiz hicieron guitarras con cinco varillas. Pero el sistema que actualmente se utiliza fue el introducido por Torres en 1854 consistente en siete varillas radiales y dos colocadas diagonalmente en la parte inferior.

El sistema radial de varillaje se basó en dos triángulos isósceles unidos en su base, formando la figura de una cometa con el vértice más agudo apuntando hacia la cabeza de la guitarra. Ambos triángulos fueron equidistantemente divididos de acuerdo al número de varillas deseadas; siete para el instrumento mayor y cinco para los más pequeños. Torres diseñó este sistema en su guitarra de 1854 y continuó usándolo a través de toda su carrera.

El abovedamiento de las tapas armónicas en instrumentos musicales fue utilizado ya por constructores de viola del siglo XVI, ahuecando las tapas. Los constructores de viola abovedaban sus tapas solo transversalmente en el sentido de las barras armónicas y hacia los peones, que son pequeñas piezas de madera que sirven para unir los flancos a las tapas armónicas. Torres sin embargo basó la flexibilidad de sus tapas en los peones, el puente y el método de ensamblaje, que dejaba oscilar a la tapa de un modo diafragmático, produciendo mayor respuesta acústica que la de los instrumentos curvados.

La Solera: Torres abovedó la tapa armónica sosteniendo su cara inferior sobre la “solera” (Sección de madera con la forma de la guitarra que tiene la concavidad necesaria para lograr el correcto abovedamiento). Las varillas ya cortadas estaban pegadas sobre la tapa; forzando ambas sobre la curvatura de la solera durante el proceso de encolado, envolviendo una cuerda alrededor de la solera y la tapa acuñando las varillas sobre la solera con cuñas de madera.

El Puente: Como en los demás elementos citados, Torres no fue el inventor del puente, tal y como lo conocemos hoy, sino que consolido el labio y la cejeula. El uso de la cejuela separada permitió a constructores y a interpretes ajustar las cuerdas a la altura idea, y debió ser útil para Torres, particularmente después de la introducción del abovedamiento en la tapa armónica. Más tarde el labio adicional sufrió una gran transformación: reduciendo el ancho del bloque donde se enhebran las cuerdas en aproximadamente 3 mm. Y trasladando el punto de apoyo de éstas del borde hacia el centro del puente. De esta forma se consigue que la fuerza horizontal con la que tiran las cuerdas, por el quiebre de estas en el punto de apoyo con el hueso haga que la componente vertical de esa fuerza tienda a pegar más el puente sobre la tapa dándole gran estabilidad.

Los Clavijeros: Torres utilizó dos tipos para la afinación de sus instrumentos: el de clavijas individuales de madera, usando al principio para sus instrumentos baratos y el sistema mecánico para sus mejores guitarras. Tampoco el clavijero mecánico es de su invención, ya existía 50 años antes de que él hubiera nacido aunque en España no era muy conocido. Para los clavijeros de madera utilizó palo de rosa y nogal teñido de negro, aunque en algunas guitarras protegió los finales con decoraciones de marfil. Los clavijeros mecánicos eran probablemente fabricados fuera de España, que el después adoptó y decoró. La afinación que se consigue con el clavijero mecánico es mucho más exacta que la que proporciona el clavijero de madera y su sistematización logró que la guitarra obtuviera mayor grado de perfección.

Todas esta modificaciones que hizo este genio no fueron echas matemáticamente o mejor dicho, no hubo una ciencia detrás de todo eso, sino que él por propia intuición y al ver y saber lo que necesitaba el instrumento, hizo lo que hizo y de la manera que solo un hombre que intuye puede hacerlo, lo cual tiene un gran mérito.

Jesús Marquez Gragea

Extracto  del articulo La guitarra un paseo por su historia

http://www.tristan-instituto.es/index.php/articulos/69-la-guitarra-un-paseo-por-su-historia

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