lavozdetuguirarra-rcstrings.com

Tratamiento de la madera en la guitarra clásica

Tratamiento de la madera 

por Julio Gimeno

La humedad, los insectos, los hongos, la luz, los cambios de temperatura, etc., son factores que pueden dañar la madera. Hoy en día, dependiendo de la especie utilizada y del uso que vaya a darse a la misma, se aplican a la madera diferentes tratamientos preventivos o curativos más o menos complejos que pueden ir desde un simple secado u oreado hasta el recubrimiento con barnices o procesos que implican la utilización de productos químicos.
En el caso de los instrumentos musicales son muchos los constructores que han utilizado y utilizan diferentes tratamientos en un intento de mejorar las cualidades acústicas y mecánicas de la madera. Juan Martínez Sirvent, párroco amigo del más afamado constructor de guitarras de la historia, Antonio de Torres (1817-1892), escribió una carta en la que explicaba que la tapa armónica de La Leona, una guitarra de Torres, era de “pinabete sangrado”.(1) José Luis Romanillos, escribe al respecto:(2)

“Lo más probable es que un cura, a pesar del alto grado de perspicacia que pudiera tener en relación a la construcción de guitarras —y Martínez Sirvent poseía información de primera mano de cómo Torres hacía sus guitarras— no fuese capaz de saber si un determinado tipo de abeto era realmente “sangrado”, a no ser que lo hubiese oído directamente del propio Torres. La madera de la tapa armónica de La Leona no difiere del abeto utilizado en otros instrumentos. No sabemos si el término “sangrado” hace referencia a un proceso al que Torres sometía toda la madera que luego iba a utilizar en sus tapas, o simplemente se trataba de un vocablo comercial que se aplicaba a un determinado tipo de abeto. Quizá formaba parte de la terminología comercial empleada por los importadores de madera. El sangrado del árbol del abeto se practicó en toda Europa durante el siglo XIX para obtener una resina que se usaba, entre otras cosas, para la preparación de la pez de Borgoña y también con fines medicinales.
Sólo podemos conjeturar sobre si Torres llevaba a cabo o no cualquier otro tipo de “sangrado”, aunque es probable que sacase provecho del sol de Almería y, en su primera época, del clima aún más seco de Sevilla, para acondicionar sus tapas armónicas. Incluso hoy en día, algunos guitarreros españoles exponen las tapas a la acción directa del sol, para curarlas o para conseguir un secado adicional.”

Precisamente Romanillos es uno de esos guitarreros que utilizan el sol para ayudar al secado de las tapas (haz clic aquí). En el tratamiento de la madera, se habla también de la técnica del ponding o inmersión en el agua durante varias semanas. Claire Barlow ha estudiado un violín del discípulo de Nicolò Amati, Santo Serafin (1699-c.1758), quien trabajó en Venecia al final de su carrera. En el violín de Serafin, Barlow ha encontrado concentraciones elevadas de cloro y de sodio, lo que parece indicar que la madera ha sido sometida a la práctica de inmersión en agua de mar que menciona el coleccionista de instrumentos Ignazio Alessandro Cozio de Salabue (1755-1840) en una carta:(3)

“Por lo general en Venecia se puede comprar buena madera cortada proveniente de Istria, pero asegúrese de conseguirla antes de que la lleven al Arsenal y la sumerjan en el agua de mar para reforzarla y matar las larvas.”

Otros tratamientos que se han aplicado a la madera pueden estar relacionados con el domado de la misma. En efecto, las tapas de los instrumentos de cuerda, violines, violas, guitarras, etc., no suelen ser planas sino que presentan un cierto grado de arqueado (instrumentos de arco) o de abombamiento (guitarra).
En las guitarras, lo más usual desde Torres es que el abombado de la tapa se consiga mediante “las varetas, el puente y en el método de ensamblaje”.(4)


Abombado de la tapa de una guitarra Torres SE 83 (1885)
Romanillos 2004: 147

Las tapas de los violines y otros instrumentos de arco se construyen de pino abeto, la misma madera que se ha venido utilizando en las tapas de la guitarra desde la antigüedad, pero lo usual es que el arqueado de la tapa en esos instrumentos se obtenga mediante el tallado y labrado de la madera. En otros elementos de la guitarra, como los aros, para darles la forma se recurre a un hierro caliente, es lo que se llama el domado. Se han hecho estudios científicos que demuestran las ventajas acústicas del domado frente al tallado,(5) sin embargo el grosor de las tapas en los instrumentos de arco es mucho mayor que el de las tapas y otros elementos de la guitarra, de ahí la más extendida utilización del tallado para lograr el arqueado de las tapas en los primeros.


Comparativa de las frecuencias de resonancia de tapas domadas y talladas
Schleske 1990: 20

Es curioso que los constructores de instrumentos se tomasen tantas molestias con la elección de la madera, buscando una precisa orientación de sus fibras, desgajándola en vez de cortándola, etc., para que luego al tallarla, un proceso en el que se cortan muchas de las fibras, se perjudicasen las propiedades mecánicas de la tapa.(6) Fijémonos, por ejemplo, en la última barra del gráfico de Schleske, que se refiere a una lámina de madera de 125 mm de ancho y 2,5 mm. de espesor. Si arqueamos la lámina de manera que la curvatura resultante tenga un radio de 81 mm., la frecuencia de resonancia es distinta según logremos la curvatura mediante el domado (la frecuencia de resonancia de algo menos de 650 Hz) o el tallado (la frecuencia de resonancia es de algo más de 400 Hz). La lámina tallada está menos “tensa” que la domada debido a la rotura de fibras, por tanto su frecuencia es más grave. No es de extrañar, por tanto, que a la hora de reparar violines, violas y otros instrumentos antiguos, a veces se hayan encontrado pruebas de que las tapas no estaban talladas, sino domadas.(7)

Al respecto, escribe Claire Barlow:(8)

“La cuestión de saber si las tapas de los violines de la Edad de Oro han sido domadas o talladas ha sido objeto de un debate recurrente. Hay muchos argumentos a favor del domado: si la tapa se talla, las vetas se cortan, con el riesgo de disminuir la resistencia del material. Por otro lado, las tapas de ciertos violines antiguos tienen un grosor muy uniforme, lo que puede obtenerse de un modo natural domando las tapas para darles la forma deseada.
Para que una tapa pueda domarse con una hechura determinada, la madera tiene que adquirir un cierto comportamiento “plástico” que le permita tomar la nueva forma y conservarla de un modo perdurable una vez que retiramos la presión. Eso puede conseguirse aplicando calor al material, previamente humedecido o no. Por ejemplo, para domar los aros del violín normalmente basta con calentarlos con el hierro de domar (lo lógico es asegurarse de que la madera no esté demasiado seca antes de la operación); para los muebles, la madera es a menudo domada al vapor.”

Hoy en día, el grosor de las tapas no sería un factor demasiado problemático ya que el domado de la madera se facilita gracias a su inmersión en amoniaco anhidro líquido a temperaturas inferiores a los -30º. La madera así tratada se vuelve muy flexible y…

“puede doblarse hasta que el amoniaco se evapora, momento en el que la madera se endurece. El problema de este sistema es el coste.(9)”

Pero ¿qué influencia podría tener un tratamiento así en el caso de las tapas de la guitarra, cuyo delgado calibre permite darle forma abombada sin necesidad de domado alguno? De nuevo Barlow, escribe:(10)

“Al contrario al vapor y al agua que no tienen ningún efecto perdurable sobre el material, el amoniaco se combina con la celulosa e influye de una forma permanente sobre las propiedades mecánicas de la madera. Una vez impregnada con amoniaco (presente en el estiércol de caballo y fácil de obtener en la época por los constructores), la madera en un primer momento se vuelve blanda y maleable pudiéndose darle forma sin necesidad de calor. Al secarse, se vuelve muy dura aumentando el módulo de elasticidad.”

De hecho, parece que el estiércol de caballo se ha utilizado en el tratamiento de la madera para casos diferentes del domado como pueden ser el curado de la madera de encina para las antiguas ruedas de los carros (haz clic aquí) o para dar mayor flexibilidad y potencia a los arcos de caza (haz clic aquí).

NOTAS
(1) ROMANILLOS, José Luis: Antonio de Torres, guitarrero, su vida y obra, traducción, Julio Gimeno. Almería: Instituto de Estudios Almerienses, 2004: 39.
(2) Romanillos 2004:114-115.
(3) BARLOW, Claire Y. “Etudes chimiques et micro-structurelles des violons”, Le Bois: instrument du patrimonie musical. París: Cité de la musique, 2009: 52.
(4) Romanillos 2004: 147.
(5) SCHLESKE, Martin: “Speed of sound and damping of spruce in relation to the direction of grains and rays”, CAS Journal, vol. 1, n. 6. Montclair: The Catgut Acoustical Society, 1990: 19-20.
(6) LOLOV, Athanas: “Bent Plates in Violin Construction”, The Galpin Society Journal, Vol. 37 (1984: 12).
(7) KRESSLER, Dietrich M.: “Viol construction in 17th-century England. An alternative way of making fronts”, Early Music, vol. 10, n. 3 (Londres, 1982: 340) y HARWOOD, Ian y EDMUNDS, Martin: “Reconstructing 16th-Century Venetian Viols”, Early Music, vol. 6, n. 4 (Londres, 1978: 521).
(8) Barlow 2009: 52.
(9) VIGNOTE PEÑA, Santiago y MARTÍNEZ ROJAS, Isaac. Tecnología de la madera, tercera edición. Madrid: Ediciones Mundi-Prensa, 2006: 338. Un resumen de los primeros experimentos y procedimientos modernos para flexibilizar la madera con amoniaco, en la década de 1960, lo podemos leer en el artículo “Madera flexible y precomprimida”, Unasylva (http://www.fao.org/forestry/unasylva/es/), vol. 22 (3), 1968.
(10) Barlow 2009: 52.

 

http://guitarra.artepulsado.com/foros/showthread.php?12189-Tratamiento-de-la-madera


Share on TwitterShare via email
Esta entrada fue publicada en Construcción y restauración y etiquetada , , , . Guarda el enlace permanente.


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

0zmQ

Por favor, escriba el texto anterior: