La guitarra midi

El uso de la guitarra como medio que nos permita reproducir fielmente otros instrumentos o tocar nuevos sonidos es para muchos, más que un deseo, un sueño. La preparación de este artículo tiene su origen ante el interrogante de si ello es posible sin las limitaciones que durante años han acompañado a quienes nos hemos interesado por esa forma de hacer música.

Hace unos días estaba inmerso en las pruebas y programaciones de mis sistemas midi para guitarra y, ante la necesidad de un sintetizador, me puse en contacto con David Martín. David me sugirió que era un buen momento para compartir con los lectores el resultado de mis experimentos y, de paso, comentar los avances, problemas, productos de interés, etc. Así que este es el resultado.

La guitarra MIDI
Mi experiencia con todo lo que tiene que ver con la guitarra midi se remonta aproximadamente a unos 18 años atrás. Consistía en un Roland GR50 con su pastilla GK1. Desde entonces los equipos han evolucionado bastante, ¿tanto como se esperaba? A finales de los 80 y comienzos de los 90 Yamaha, Ibanez, Roland, Korg y Casio desarrollaron, o bien guitarras midi, o bien el tándem unidad de rack-pastilla hexafónica; de manera que nos permitían utilizar nuestro instrumento como si de un teclado maestro se tratase. Recuerdo haber probado algunos de esos equipos, que en aquella época resultaban increíbles. Tal fue el caso de la Yamaha G10, una guitarra que venía acompañada por un módulo. Esta guitarra midi era, y aún continúa siendo, un instrumento extraordinario e insólito. Durante los últimos años un sentimiento común entre compañeros guitarristas ha sido la confianza de que las citadas compañías siguiesen desarrollando y perfeccionando este instrumento u otros similares. Posiblemente no exista un mercado o demanda suficiente, pero los guitarristas amantes de los sintetizadores habríamos tenido en tal evolución un gran aliado.

Por no seguir especulando, os comentaré que después de mi primer GR50 han pasado por mis manos el Roland GR1, GR30, GR9, GR33, GR20 y también de Axon/TerraTec, el AX100 y AX100 MKII. Cada uno de ellos ha supuesto una mejoría frente a sus predecesores. Todos los que hemos trabajado con estos sistemas midi nos hemos encontrado con idénticos problemas que, poco a poco, se han ido perfeccionando: el retardo, los armónicos que disparan sonidos no deseados, la respuesta en la dinámica, la sensibilidad, las dificultades que surgen al tocar otros sintetizadores externos, etc. Relatar en profundidad cómo se comportaban los equipos anteriormente nombrados frente a la problemática de interpretar con ellos sería algo muy extenso, así que me voy a limitar a narrar cómo es la situación en el presente, siempre bajo el subjetivo filtro de mi experiencia.

Actualmente tengo en mi estudio el Axon AX100 MKII, el Roland GR33 y el Roland GR20. Son los conversores más extendidos y con prácticamente las mismas características técnicas de sus “herederos”, los AX50 y GI20 de TerraTec y Roland respectivamente. Por otra parte, el personal de Yamaha España ha tenido la amabilidad de proporcionarme un excelente sintetizador para hacer estas pruebas, el Motif Rack XS. Al mismo tiempo he usado el ordenador como sinte/sampler, de manera que he empleado distintos programas, plugins y software, fundamentalmente Kontakt, Omnisphere, Synful Orchestra, así como los instrumentos virtuales de Cubase 4 y Logic 9. Como guitarras, una Variax equipada con una pastilla Roland GK 2, una Ibanez AM 200 con una pastilla también hexafónica Axon AIX 101 y una guitarra flamenca midi de Raimundo.

En primer lugar, cabe destacar que la respuesta ha sido mejor en la guitarra Raimundo que en las equipadas con pastillas midi. Esto no es debido a la construcción o características de la guitarra, sino al excelente resultado que proporcionan los piezos en detrimento de las pastillas instaladas externamente. La fabricación de estos piezos suelen estar en manos de dos compañías, RMC y Graph Tech, y los encontramos instalados en guitarras como Godin, Carvin, Frameworks, Tom Anderson, Brian Moore, etc. Esto no quiere decir que la respuesta de las pastillas externas no sea buena, pero es bastante mejor el rendimiento que proporcionan los piezos tanto en sensibilidad como en el control de la dinámica. De este modo, la primera conclusión sería que si podéis elegir para tocar midi una guitarra equipada con ellos seguramente os sentiréis más cómodos. Uno de mis alumnos viene a clase regularmente con una guitarra Godin LGXT, he tocado en ella con cierta frecuencia e igualmente mi impresión es que la respuesta con el sistema de piezos integrados en el puente es la mejor opción.

Dado que otro de los escollos en esta materia es cómo combinar los equipos, debido al dispar resultado que de ello se obtiene, he probado diferentes posibilidades.

Una de las opciones fue conectar el Axon al módulo Yamaha Motif. De entrada destacar el Motif XS como sintetizador en todos los sentidos. La calidad de los sonidos es excepcional y las múltiples posibilidades de edición nos otorgan una enorme flexibilidad, muy útil en este caso debido a que podemos adaptar los sonidos a la particular ejecución y expresión de la guitarra. La conjunción Axon/Motif es notable. Un punto importante a tener en cuenta es la asignación a cada cuerda de un canal midi distinto, de tal forma que podemos tener el mismo sonido en diferentes canales. El Axon gestiona así mucho mejor el proceso de información. El retardo parece variar dependiendo del ataque de cada sonido, por ejemplo el saxo tarda algo más en sonar que el piano, ya que el sonido del saxo imita también el soplo y podemos tener la sensación de “retraso” más patente al interpretar pasajes o fraseos rápidos. Debemos tener en cuenta que habrá que adaptar nuestra forma de tocar al instrumento elegido, eso requiere algo de paciencia y estudio del sonido.

Otra alternativa fue usar los conversores de Roland como controlador del Yamaha Motif. Aunque la diferencia entra en el campo de lo sutil, puedo afirmar que no tuvo una respuesta tan óptima como la anterior, con el Axon como controlador. Por ejemplo, ante fraseos rápidos o ciertos ligados, aunque se pudieran escuchar en la señal directa de la guitarra, signo de que la interpretación era correcta, alguna notas no eran recogidas por el sintetizador.

Nueva opción, el Axon como conversor/controlador y los Roland como módulos/fuente de sonido. Curiosamente en este caso la respuesta del Axon con el Roland GR33, simplemente como módulo, es mejor que utilizando únicamente el GR33 tal y como está concebido, es decir como convertidor y fuente de sonido.

Por otro lado, el Roland GR20 tiene una respuesta con respecto a sus propios sonidos similar al Axon con los sintetizadores externos, es decir, bastante buena. Trabajando un poco la edición podemos conseguir un resultado muy aceptable.

La última versión del Axon TerraTec destaca sobre el GR20 en cuanto a velocidad de respuesta, pero debo enfatizar que los sonidos internos son mejores en el Roland y claramente perfeccionables en el Axon. Estoy convencido que si el Axon MKII tuviese integrado en su rack una tarjeta de sonidos de gran calidad posiblemente no tendría rival. En cambio, las tarjetas de sonido que traen los conversores de Roland, tanto el GR33 como el GR20, son un claro punto a su favor.

Por otra parte, aunque los sonidos del GR20 son mejores que los del GR33, este último tiene una característica digna de destacar: y es que nos permite mezclar y simultanear dos instrumentos a nuestro gusto. Por ejemplo, jugar con dos timbres; imaginemos un oboe y un sinte lead Oberheim. Podemos ecualizar, cambiar ataque, release y aplicar el porcentaje de cada sonido que creamos conveniente. En el GR20 sólo tenemos un sonido por programa, aunque algunos vienen en forma de combi con dos timbres distintos, pero en el que nosotros no podemos elegir los sonidos que lo integran.

Las siguientes pruebas me llevaron a utilizar los equipos anteriormente mencionados Axon y Roland como controladores midi. Y como fuente de sonido un MacBook Pro. En un primer momento la respuesta es algo más problemática que con los sintetizadores externos. El retardo parece ligeramente superior y se deja notar esa molesta sensación de no ser tú quien articula el sonido. La forma de sentir la interpretación se hace algo más fría ya que se pierde la percepción de hacer brotar el sonido de los dedos. En este caso nos manejamos con diferentes variables que se deben tener en cuenta, tanto en el programa o plugin que usemos, como con la latencia de la tarjeta de audio/ midi. Prestándoles atención a esos aspectos, ataque, release, trigger, velocity… la respuesta puede mejorar mucho. Lo que es incuestionable es el favorable resultado obtenido con la calidad de los programas y librerías de sonido de las que disponemos en software. Por ejemplo, el programa denominado Synful Orchestra. Su fin es crear simulaciones de instrumentos de viento y cuerda. Los violines, cellos, oboes, flautas… tienen un nivel de calidad sensacional, el realismo, expresión y articulación de este software es francamente extraordinario. Y por otro lado, la respuesta al ser utilizado desde la guitarra midi es igualmente digna de reseñar. Por distintas razones no todos los sintes virtuales responden igual de bien al ser controlados desde la guitarra. Las demás pruebas tanto con Logic y sus sintes virtuales, como con Omnisphere, Kontakt y Cubase, han sido altamente satisfactorias en cuanto a la calidad de los sonidos. Experimentando con los aspectos mencionados anteriormente y, sobre todo, el pitch bend se puede conseguir una ergonomía bastante aceptable, pero no perfecta.

Como os señalaba al principio del artículo, en la actualidad hay dos equipos que a modo de interfaz midi conectan nuestra guitarra al ordenador. Son el Roland GI 20 y el TerraTec Axon AX 50. Ambos utilizan puerto USB. Recientemente probé el AX50, pero la diferencia con el modelo usado en este artículo, el AX100 MKII, apenas es perceptible. De cualquier forma, GI 20 y AX 50 son una opción ideal si vamos a usar como fuente de sonido externa el ordenador.

Después de varios días de pruebas y dedicar horas experimentando en unos y otros equipos me quedan más claras algunas cosas.

De entrada debemos abandonar la idea de que podemos interpretar como lo hacemos regularmente. Un plus de limpieza, precisión y buena técnica es imprescindible. El más mínimo error se va a hacer notar de forma cruda y evidente y esto se hace aún más palpable en las guitarras equipadas con pastillas externas que en las de piezos. De vez en cuando todos los sistemas disparan aleatoriamente alguna notas que nosotros no estamos tocando, bien sea por un trasteo, un armónico que suena por simpatía, etc.

Desgraciadamente, por pulcra que sea nuestra interpretación nos podemos encontrar, por ejemplo, no sólo tocando un Mi en el segundo traste de la cuarta cuerda y escuchando otro Mi una octava por encima o por debajo, sino incluso otra nota fruto del azar. Aunque el tema del retardo ha mejorado mucho, si hacemos una grabación y somos rigurosos seguramente vamos a tener la sensación de ir ligeramente por detrás.

Con la idea de aportar solución a los problemas y limitaciones que la guitarra midi plantea se han ido creando otros instrumentos. Uno de ellos fue desarrollado por Yamaha, los modelos EZ-AG y EZ-EG, unas guitarras con pequeñas teclas en los trastes. Este instrumento se presentó como una guitarra para el aprendizaje, pero curiosamente se rebeló como un excelente controlador midi, a pesar de sus características que casi le hacían parecer un juguete. En Internet hay algunas demos realmente sorprendentes. Otra compañía del sur de California, Starr Labs, ha creado una serie de guitarras con el mismo concepto. En el cuerpo una guitarra convencional con cuerdas sobre las que pulsar, pero en el mástil cada traste se corresponde con una pequeña tecla.

Por otra parte, a mediados de los 80 Bill Aitken inventó el Synthaxe, un futurista controlador midi que resolvió y resuelve casi todos los problemas existentes. Es con seguridad la mejor opción, salvo por un detalle fundamental, su elevadísimo coste. Posiblemente esto hizo detener su producción y comercialización, pasando a convertirse actualmente en un instrumento único, pieza de museo muy difícil de adquirir.

Que la guitarra midi ha avanzado, por supuesto. Que le queda por mejorar, rotundamente sí. Los guitarristas que pretendemos tocar sintetizadores no podemos decir que tengamos las mismas opciones en rendimiento y viabilidad que tienen los pianistas con los teclados maestros. Así que, si sirve de algo, nos gustaría llamar la atención de las compañías y fabricantes con experiencia en este campo sobre el desarrollo y avance de la guitarra como controlador de sintetizadores. Poner un instrumento realmente evolucionado en manos de los guitarristas enamorados del sonido y la síntesis irá, sin lugar a dudas, en beneficio de la música, del arte y, en definitiva, de todos nosotros como oyentes.

Chema vilchez

http://www.ispmusica.com/articulo.asp?id=1715