Escrito David A. Prego de Oliver
Uno de los aspectos a los que se le ha prestado especial atención parece que es el de la memorización táctil, digital, o muscular.
Propongo las siguientes estrategias para optimizar el estudio de la memorización de los movimientos musculares:
1. Estudiar por fragmentos resolviendo las dificultades de cada mano de forma individual. Trabajando las manos por separado seremos más conscientes de los movimientos que hacen cada una de ellas y por tanto centraremos más la atención en lo que debemos memorizar de cada una de las manos.
La reflexión que hagamos de cómo resuelve las dificultades técnicas y/o musicales cada una de las manos influirá de forma positiva en el proceso de memorización, ya que tendremos más puntos de asociación que si únicamente memorizamos el lugar y el dedo en el que debe producirse el sonido en cuestión, y esto también influye positivamente en algo que leromantique mencionó como importante: la concentración.
2. Tapar las cuerdas de la guitarra con una sordina (yo la hago con un pañuelo de papel) y tocar la pieza. Esto aumenta la concentración en la memoria muscular ya que prácticamente prescindimos de la memoria auditiva ya que la sordina (dependiendo de cómo la coloquemos), además de reducir notablemente la vibración de la cuerda, también produce un cambio en la altura tonal de los sonidos que dificulta el reconocimiento auditivo de la pieza u obra a trabajar.
3. Ser capaz de empezar a tocar la pieza desde cualquier punto de la partitura. Es interesante trabajar este punto desde cosas con sentido musical hasta cosas sin sentido…me explico…primero podemos aplicar la estrategia a ser capaces de empezar a tocar desde el comienzo de cualquiera de las frases musicales, después desde cualquiera de los motivos mínimos, y después desde el principio de cualquier compás (empiece ahí o no una idea musical), después desde cualquier parte del compás.
4. Trabajar para ser capaz de tocar toda la obra sólo con la mano izquierda.
5. Lo mismo que el punto 4 pero con la mano derecha.
6. Coger una partitura en blanco y ser capaz de ponerle la digitación que usamos en esa obra y otras indicaciones, sin ayuda del instrumento (sólo lápiz y papel) Esta estrategia número 6 asienta mucho la memorización de la digitación. Además, si la utilizáis en el aula con vuestros alumnos, escribiendo fragmentos de la partitura en la pizarra y pidiéndoles que pongan la digitación que usan veréis que es un trabajo que les encanta hacer, se lo pasan genial, y memorizan mucho más rápido y de forma más eficaz. Yo les pido que pongan la digitación, que señalen las cuerdas en las que va cada nota, los cambios de posición, si preparan o anticipan algún dedo, si hay que apagar alguna nota, qué hay que destacar, los acentos, picados, etc. es decir, todas las anotaciones que vamos poniendo en clase cuando estudiamos la obra en cuestión.
7. Sin guitarra, y sin partitura, hacer el esfuerzo de visualizar la música y los movimientos de los dedos, las manos, los brazos, etc.
La memorización de la notas es algo que personalmente no trabajo, pero sí me gusta hacerlo con los alumnos más pequeños:
1. Entonando las notas de la melodía mientras la tocamos con la guitarra.
2. Separando los planos sonoros y repartiendo los papeles, dependiendo de la textura de la pieza (a dos voces, melodía acompañada, etc): el alumno toca y entona la melodía y el profesor (yo) toca el acompañamiento o lo que corresponda. Luego se intercambian los papeles y el alumno siempre entona la parte que toca con el nombre de las notas.
La parte de entonación, además de para la memoria, también resulta muy interesante para la interpretación.
3. Escribo en la pizarra el ritmo de la pieza y el alumno tiene que colocar las notas. Si tiene dudas puede recurrir a la guitarra. Una vez lo tiene escrito interpreta la pieza leyendo por la que escribió en la pizarra para darse cuenta de si está bien o no y poder corregirla. Normalmente se ‘comen’ las alteraciones accidentales y esas cosas, luego se dan cuenta al tocar y lo corrigen.
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