EL FLAMENCO Y SUS PALOS
Definición o Definiciones
Según el diccionario “dìcese del andaluz que tiende a hacerse agitanado”, también nos indica que es el “término con que se designa el conjunto de cantes y bailes formado por la fusión de ciertos elementos del orientalismo musical andaluz dentro de unos peculiares moldes expresivos gitanos”. Con estas definiciones se puede estar o no estar de acuerdo, pero en lo que si estamos de acuerdo es que el Flamenco es una de las manifestaciones folklóricas más originales y profundas que se hayan conocido jamás, como expresión de una honda concepción del mundo, y de la vida.
La palabra flamenco en su significado actual aparece en nuestro folklore en el primer tercio de s. XIX, aunque algunas investigaciones mas reciente parece reconocerla en algunos documentos de finales del s. XVIII. Su procedencia y significado original esta todavía sin resolver por lo que vamos a transcribir algunas de las teorías mas conocidas:
* Don Antonio Machado y Álvarez escribe: “….Consta solo que se llama así a los gitanos, pudiendo acontecer, dada la índole y genialidad festiva y picaresca de la raza andaluza, que se dé este nombre a los gitanos por el color de su tez, moreno-bronceado, que es precisamente opuesto al blanco y rubio de los naturales de Flandes”.
* G. Borrow que viaja por Andalucía en el s. XIX, relata en su libro “Los Zincali” que “Flamenco” es el nombre con que los españoles llaman a los gitanos, debido a su supuesta procedencia de Alemania o de Flandes. Esta teoría ha sido rechazada al comprobarse posteriormente que los gitanos andaluces no provienen de esas tierras.
* Fco. Rodríguez Marín. El origen de la palabra lo encuentra en la semejanza existente entre el ave zancuda llamada flamenco y la vestimenta utilizada por el gitano, chaquetilla corta y pantalón ceñido.
* Blas Infante que defiende su origen árabe dice “flamenco proviene de la unión de dos vocablos árabes felach-mengu cuyo significado seria campesino errante, forajido. Otro vocablos árabes señalados en este mismo sentido son :flahencou como canto moro de la Alpujarra o felai-Kum como labrador.
* Ricardo Molina y Antonio Mairena defiende o mejor rebaten el origen árabe del vocablo ” … si en sentido parecido al actual termino no aparece antes de 1816, resulta bastante improbable que se trate de una derivación del árabe a los 350 años de la reconquista de Granada”.
* García Matos. Afirma la palabra proviene del argot del s. XVIII y que sirvió para designar en aquel momento al hombre farruco, fanfarrón, en el sentido de atrevido, echao palante. También dice que es uno de los nombres que en Andalucía se dieron a los gitanos, aplicándose solo después al cante por éste, en boca y por boca del gitano, es como se revela y comienza a difundirse.
* M. Ríos Ruíz dice que la palabra flamenco es producto de la jerga popular, según el mismo indica, el termino fue el principio aplicado a una postura chulesca, tal vez la que adoptaron los flamencos de Flandes, y mas tarde pasó a ser denominación de una postura artística, la andaluza, por lo que tienen de garbo y de estética los ademanes del cantaor y los desplantes y replantes del que baila.
* Ricardo Molina y Antonio Mairena nos indica la evolución semántica del termino flamenco durante el s. XIX en la siguiente cita: En su sentido argónico inicial significo persona arrogante y fanfarrona, luego designo a los gitanos andaluces, mas tarde, al cante puro gitano (soleares, seguiriyas, tonas, tangos, corridas o romances, alboreás, etc.), y a la postre , también el cante híbrido, resultante de la matización e impregnación de gitanería que experimentaron las canciones andaluzas (malagueñas, fandangos, sevillanas, alegrías, mineras, temporeras, tarantas, granainas, cantes de trilla, nanas, etc.) y a la inversa.
Fuera ya de estas hipótesis, la palabra flamenco sirve hoy para designar tanto el cante, como el baile y la guitarra, asi como la copla; todo ello como expresión del sentimiento y del arte del pueblo gitano y andaluz.
Otra designación frecuente, dentro del mundo humano que vive diariamente cercano al fenómeno, es la de cante jondo, cuyo segundo termino, con su trágica fuerza expresiva, nos sitúa ya en los caminos oscuros de esta forma de expresión. Porque si hay algo que, especialmente defina al flamenco es su jondura, y observese que con la j el andaluz ahonda y goza aún más en el significado de la palabra, en el sentido de lo profundo y de lo inmenso; porque el flamenco es hondo, verdaderamente hondo, más que todos los pozos y todos los mares que rodean el mundo, mucho más hondo que el corazón actual que lo crea y lo canta, porque es casi infinito; es jondo porque “viene de razas lejanas, atravesando el cementerio de los años y las frondas de los vientos marchitos”; viene del primer llanto y del primer beso. Estas palabras del poeta granadino Federico García Lorca nos anuncian ya la otra cuestión en la que se fueron sumergiendo, a lo largo de los años, todos los espíritus locos, apasionados y embriagados por la tragedia andaluza, que se sintieran llamados por el misterio del flamenco.
HISTORIA
Una cosa parece segura viene del primer llanto. Se engendro en los primeros gritos de angustia de gentes marginadas y perseguidas, que fueron trazando en su incesante peregrinar toda una geografía de dolor, de persecuciones, de alegrías rotas.
Del flamenco se conoce muy poco de sus raíces históricas y de su paulatina forja artística. Las primeras noticias fidedignas en torno a su aparición se remontan escasamente a dos siglos. Sin embargo, es lógico suponer que existió desde mucho antes, confusamente elaborado a través de un lento proceso de transplantes expresivos, el misterio surge cuando nos empeñamos en encontrar el tiempo concreto que el flamenco empieza a existir como tal manifestación expresiva, a pesar de los muchos intentos llevados a cabo por hallar una respuesta convincente, los primeros “andares” del flamenco siguen aun sin ser localizados.
Casi todas las opiniones están de acuerdo en señalar que el cante jondo es el resultante final de la unión de dos elementos, lo gitano y lo andaluz, dos culturas que se habían fundido en cada uno de ellos durante siglos de convivencia con otras civilizaciones.
De acuerdo con esto, el punto de partida del flamenco, en su forma básica, habría que situarlo en el s. XV con la llegada de los gitanos a Andalucía, donde hallaron un clima que facilito su asentamiento definitivo en estas tierras, al mismo tiempo que encontraban, en los grupos más desarraigados del pueblo andaluz, una hospitalidad que les había faltado desde sus antepasados. Victimas también de persecuciones y atropellos, como consecuencia de las drásticas leyes que se dictaban contra ellos, los gitanos se vieron obligados a llevar una vida azarosa y clandestina. Esta situación de desarraigo les impulsa al contacto con los sectores marginados del pueblo, moriscos y campesinos, que aceptaron a los gitanos.
En esta convivencia amasada en el dolor y en la miseria de todos los días, el gitano contempla la riqueza milenaria de las formas folklóricas andaluzas y su propio sufrimiento; de esta unión genial saldrá el flamenco como símbolo de una necesidad común de expresión, de una semejante concepción del hombre, de la vida.
Tras una primera y oscura etapa inicial de anonimato doméstico, su difusión publica comienza después de 1.783, fecha en Carlos III promulgó una ley liberando a los gitanos de las persecuciones que habían sido objeto desde su llegada a España. Los gitanos se repartieron libremente por las distintas poblaciones andaluzas y surgieron aquellas primarias resultantes flamencas que habían ido reelaborando secretamente.
A lo largo de los siglos XVI y XVII, después de la expulsión de los judíos y de la rendición del último reducto árabe, en Andalucía, se fueron creando unos imprecisos estamentos sociales formados por individuos de muy distinta procedencia y mentalidad: moriscos y judaizantes, gitanos y campesinos sin tierras, gentes huidas de las amenazas de la Inquisición o del destierro. Estos grupos fueron poco a poco intercambiando sus bagajes culturales y artísticos, a los que tampoco era ajena la tradición popular andaluza. Cómo hicieron en otros lugares, los gitanos, se apropiaron de esa amalgama de elementos ya “andaluzados” de la música oriental, adaptándolo a sus propias inclinaciones y necesidades expresivas. La lenta gestación del flamenco obedeció, a una serie de coincidencias entre tres decisivos aportes del orientalismo musical andaluz: los modos litúrgico bizantinos, las melodías árabes y los cantos sinagoga les hebreos. Tales elementos, refundido en el trisol medieval y canalizados por la deslumbrante intuición artística de la raza gitana, iban a servir de remota base musical y emocional del flamenco.
Más de doscientos años de misterio, hasta que en el s. XVIII enseña su grito a la luz publica la primera figura históricamente determinada del flamenco; Tío Luis el de la Juliana, un viejo jerezano, de oficio aguador, que era según nos cuenta Antonio Machado y Álvarez, cantaor muy general y que así se cantaba por polos y cañas, como entonaba unas seguidillas gitanas o una liviana y una toná de esas que no se encuentran hoy ya en el mundo quien las cante ni por un ojo de la cara.
Junto con este primer cantaor encontramos también a el Juanelo, el Planeta, el Fillo, Juan Encueros, Franco el Colorado, Luis el Cautivo, los Pelaos de Triana, la Perla, etc. Vivieron entre la última década del siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX. Ellos fueron en teoría, los pioneros del flamenco. A veces se suele confundir esa tímida floración de cantes y bailes con otras distintas y paralelas propagaciones de la música popular andaluza. Este ciclo de desarrollo, incierto y minoritario, duro hasta mediados del s. XIX. A partir de entonces se extendió por el país la moda de los cafés cantantes, los cuales se convirtieron en el medio de difusión y comercialización idóneos del flamenco. El cante y baile empezaron a ser conocidos en muy diversos escenarios españoles y perdieron su secular condición de rito doméstico gitano. Fue este el mas fecundo y decisivo creador del flamenco. Sus mas puras herencias fueron enriquecidas por dos o tres sucesivas promociones de grandes artífices gitanos, y algunos ya no gitanos: Maria Borrico, Tomás el Nitri, Señor Manuel Cagancho, Enrique el Mellizo, la Andonda, Curro Dulce, el Loco Mateo, Señor Manuel Molina, Curro Frijones, Merced la Serneta, Paco la Luz, Viejo de la Isla, Diego el Marrurro, Joaquín de la Serna, Joaquín el de la Paula, Antonio Chacón, Manuel Torre, el Lebrijano, Juan Breva, Curra Pabla, Salvaoriyo y Silverio Franconetti, nacido en Sevilla hacia el año 1830, y uno de los cantaores antiguos mas famosos y más venerados en nuestro siglo; el verdadero rey le llamó Machado y Alvarez su grito fue terrible, un creador y glorietas/para el silencio dijo de él García Lorca.
Después de Franconetti, tres figuras geniales se levantarán en el s. XIX para enlazar con los grandes interpretes de nuestro siglo: Manuel Torre, Pastora Pavón “Niña de los Peines” y Tomás Pavón. El primero de ellos, cuyo nombre verdadero fue el de Manuel Soto Loreto, nacido en Jerez en 1878 y muerto en Sevilla en 1933, comparte con Silverio el trono de los primeros cantaores geniales; en su voz quiso ver Rafael Alberti un terrible pozo de angustias, la atmósfera de catástrofe sentimental, de herida ancha borboteando pena y odio inconcretos.
Los hermanos Pavón fueron otros dos casos de esa genialidad difícilmente repetida tras su desaparición, Tomás, uno de los más grandes interpretes de seguiriyas y soleá que se han conocido, y un incomprendido en la primera mitad de nuestro siglo, época dominada por la llamada opera flamenca. Pastora, “la Niña de los Peines”, fue sin duda la cantaora más famosa de nuestro siglo. La voz de Pastora consiguió el milagro de acercar el cante autentico a un publico mayoritario, realmente lejano al difícil y oscuro mundo de lo jondo. Sombrío genio hispánico, equivalente en capacidad de fantasía a Goya o Rafael el Gallo dijo de ella García Lorca.
Todos los cantaores citados hasta aquí fueron gitanos, excepto Silverio Franconetti. Todos ellos, verdaderos gritos desconsolados. Personajes extraños y llenos de pasión, que interpretaron diariamente su propia tragedia de hombres solos, en su mayoría, situados fuera de la ley y de la moral oficial. Verdaderos símbolos de la Andalucía del dolor y de la miseria; pero, también, símbolos de la altivez liberadora y de lo aristocrático en este sentido García Lorca dice el gitano es lo más elevado, lo más profundo, lo más aristocrático, la sangre y el alfabeto de la verdad andaluza y universal, inmensos interpretes del alma popular que destrozaron su propia alma entre las tempestades del sentimiento.
A partir de los últimos años del s. XIX, el flamenco fue entrando en una nociva etapa de adulteración. Surgieron entonces toda una serie de afluencias espurias del cante y del baile, canalizándolas a través de las exigencias escénicas. Desplazado de su histórica razón de ser, el flamenco terminó deformándose en el artificial trampolín del teatro. Solo unas pocas familias gitanas fueron de nuevo las encargadas de preservar el legado flamenco frente a las disoluciones ambientales. No hay que olvidar, en tales circunstancias, el inteligente esfuerzo promovido por Manuel de Falla con el “Concurso de Cante Jondo” en la ciudad de Granada en 1922, donde volvió a replantarse, en sus justos términos, la salvaguardia de un legendario arte popular abandonado a su propia y decadente suerte. De entonces acá, el flamenco a atravesado por muy variables coyunturas de autenticidad y falsificación, pero sus mas puros raigambres gitano-andaluza siempre permaneció inalterable, gracias a las personales aportaciones de algunos aislados y fieles interpretes.
ESTILOS
Como en todos los aspectos del flamenco, sus estilos o palos se han clasificado de diversas formas, pero una de las más completas es la de José Blas Vega que los distribuye en los siguientes tres grupos:
GRUPO I
Cantes flamencos primitivos y básicos y sus derivados. Romances. corridos, corridas, carretillas, dedicuras. Tonás. martinetes, carceleras, deblas y tonás. Siguiriyas. liviana y serrana. Soleares. alboreás, polo, caña, peteneras, bulerías, romances. Tangos. tientos, tanguillos, mariana Cantiñas. alegrías, caracoles, mirabrás, romeras, cantiñas, alegrías de Córdoba.
GRUPO II
Cantes flamencos derivados del fandango. Cantes de Malaga. rondeña, jabera, verdiales, fandangos locales, malagueñas locales, malagueñas personales. Cantes de Levante y Cantes de las Minas. granaína, media granaína, taranto, taranta, cartagenera, minera. Fandangos de Huelva. estilos locales y estilos personales. Fandangos de creación personal.
GRUPO III
Cantes variados aflamencados. de origen folklórico andaluz. sevillanas, saetas, campanilleros, villancicos, bamberas, pregones. de origen híbrido o incierto. farrucas, garrotín. de origen hispanoamericano. guajiras, milongas, colombianas, rumbas. En lo que respeta al baile, y aunque en un principio solo se ejecutaban las concretas derivaciones del zapateado y de los estilos festeros, tangos y bulerías, el repertorio ha ido aumentando desordenada e incesantemente, a partir de las soleares y las alegrías, dos de las más puras vertientes del baile flamenco formadas en épocas de los cafés cantantes.
ROMANCE
Es el estilo más antiguo que se conoce, más comúnmente llamado corrida. Cuando el pueblo gitano llegó a Andalucía allá por el s. XV, exactamente entraron en Jaén el 22 de Noviembre de 1462, los romances castellanos y fronterizos formaban parte del folklore popular. El pueblo gitano absorbe dicho folklore y lo interpreta a su modo. Miguel de Cervantes en La Gitanilla narra como la gitana Preciosa canta un romance repicando sonajas al tono correntío. Esta parece ser la primera referencia que se tiene de la interpretación de los romances de una forma distinta a como se hacia tradicionalmente. Por los temas que tratan los romances, estos se pueden agrupar en: moriscos, fronterizos, carolingios, pérdida de Valencia, Cid, Gerineldo, Conde Sol, Bernardo del Carpio, pérdida de Granada y otros. Hoy en dia es un estilo olvidado pero sin embargo existe discografía en la cual podemos recrearnos en estos cantes añejos.
TONÁ
La Toná es una modalidad del cante flamenco, cuya formas constituyen la fundamental y más remota creación gitano-andaluza que ha llegado hasta la actualidad. La procedencia del nombre toná, variante fonética de tonada, que equivale a copla, canto popular, es muy incierta. La aparición histórica del grupo de las tonás data del último tercio del s. XVIII, aunque es lógico suponer que debieron de irse configurando desde mucho antes. Se conocen actualmente cuatro especies de tonás: el martinete, la carcelera, la debla y la toná propiamente dicha, subdividida a su vez, en dos: la grande y la chica, según la extensión de sus tercios; todas ellas se cantan sin acompañamiento musical alguno y representan la inicial cristalización del flamenco. La estrofa de las tonás esta formada por coplas de cuatro versos octosílabos, de los cuales riman el 2º y el 4º y son rematados por un terceto. Sus versos hacen referencia al mundo oscuro y atormentado de los gitanos, perseguidos, encarcelados, sujetos a humillaciones sin cuento por la comunidad dominante.
MARTINETE
El martinete es uno de los más puros y antiguos estilos gitano-andaluces que se conocen, y debió tomar su definitiva forma en la segunda mitad del s. XVIII. su nombre parece derivar de martillo, etimología ésta que se corresponde con su presunto origen laboral en las fraguas, uno de los lugares de trabajo más tradicionalmente frecuentados por los gitanos; de ahí que también se incluya dentro de la denominación de fragüero. Sus coplas consisten, por lo regular, en una estrofa de cuatro versos octosílabos. Como todos los cantes primitivos, se interpretan sin acompañamiento instrumental alguno, y, como todas las tonás, suele rematarse con un estribillo final, llamado macho. Hay quien reconoce dos principales variantes de martinete: el redoblao y el natural, según se ejecuta repitiendo o no algunos de sus versos.
CARCELERAS
Las carceleras son una especie de saetas, cuyo tema son los trabajos y las penas de los presidiarios.
DEBLA
La debla es un cante popular andaluz, ya en desuso, de carácter melancólico formado por coplas de cuatro versos.
SIGUIRIYA
La siguiriya o seguiriya es una de las tres formas fundamentales, al lado de la toná y la soleá, del cante flamenco, o, más propiamente, de los cantes gitano-andaluces. A pesar de que el nombre de siguiriya es una evidente corrupción fonética de seguidilla, su única vinculación con ésta se refiere al indirecto parentesco de sus respectivas estrofas, circunstancia que muy bien pudo influir en una apropiación puramente episódica de dicho bautismo. Su aparición histórica data del último cuarto del s. XVIII, y en un principio debió de ser una derivación de las tonás, originariamente llamada playera, denominación desaparecida en la actualidad, e interpretada entonces, como todos los estilos flamencos primitivos, sin acompañamiento musical alguno. No existe una especie exclusiva de siguiriya, sino un conjunto de ellas, referidas a los cantaores que crearón sus más legítimas variantes, algunas de las cuales han llegado hasta nosotros a través de la tradición oral; así las del Planeta, el Fillo, Manuel Molina, Curro Durse, Enrique el Mellizo, el Loco Mateo, Paco la Luz, Diego el Marrurro, Francisco la Perla, Tomás el Nitri, Silverio Franconetti, Manuel Torre, etc.. El calificativo de gitana con que suele acompañarse alude claramente a la raza que le dio su más genuina y dramática dimensión expresiva. Sus letras son tristes y reflejan la tragedia humana, sus sufrimientos, dolores y angustias. Manuel Machado dijo que era el quinto extracto de un poema dramático la siguiriya marca siempre, cuando se canta de verdad, el limite emocional del cantaor, el interprete que canta siguiriyas deja en cada tercio de la copla algo de su alma, si no es así, esta engallando al público. Tercio en el flamenco se le dice a los versos que componen la copla. Como ocurre con otros estilos, la siguiriya suele acabar a veces con una siguiriya cabal en que la guitarra cambia de tono y toma un aire parecido a la guajira, y otras con una seguiriya de cambio a modo de macho.
LIVIANA
La liviana deriva posiblemente, en su forma más pura, de alguna primitiva toná, aunque también es presumible de que se trate de un cante intermedio, procedente de la siguiriya y estatificado después, sin que llegara a desarrollarse plenamente. Se conocen dos clases de livianas: las grandes y las chicas; la primera está prácticamente basada en la siguiriya, y suele rematarse con un cambio de este último cante; la segunda es mucho más breve y ligera, y por lo común se usa como introducción de la serrana, con la que guarda una evidente relación melódica y ambiental. Últimamente se ha difundido también una especie llamada toná liviana, olvidada durante muchos años, y cuya procedencia viene señalada por su propio bautismo. Sus letras coinciden, métricamente, con la seguidilla tradicional castellana.
SERRANA
La serrana es una modalidad de cante flamenco, probablemente originario de la serranía de Ronda, y cuyo nombre es una consecuencia de su más usual temática. En un principio, como en tantos otros casos, debió de ser una canción de procedencia folklórica campesina, recompuesta después con elementos de distintos cantes: su compás coincide con el de la siguiriya, y su aire melódico denota un evidente parentesco con la liviana y la caña; métricamente, su forma es la de la seguidilla tradicional, y suele cantarse con una liviana corta y rematada con un cambio de siguiriya.
SOLEÁ
La palabra soleá es una variante andaluza de la voz soledad. Se trata de una modalidad del cante flamenco, más utilizado en su vocablo en plural soleares, asi como una danza que se baila con esta música. El hecho de que el término soleá derive de soledad no aclara suficientemente las razones de su aplicación a un determinado estilo de cante. Se trata de la más representativa creación gitano-andaluza surgida con posteridad a las tonás y siguiriyas; en sus orígenes fue un cante para bailar, desgajado de alguna forma de los llamados estilos festeros, y paulatinamente enriquecido desde su gestación en el primer tercio del s. XIX. Métricamente consta de tres o cuatro versos octosílabos. En el primer caso se suele llamar soleá corta, oriunda al parecer de Triana, que suele cantarse como macho o remate del polo. Existen diversas variantes locales de soleares, definidas primordialmente en Triana, Alcalá, Utrera, Jerez, Cádiz y Lebrija, y cuyo más integros ejemplos aparecen tradicionalmente asociados a los nombres de sus primitivos forjadores: la Andonda, Merced la Serneta, Paquirri el Guanté, Enrique el Mellizo, Antonio Frijones, Joaquín el de la Paula, Juaniqui de Lebrija, etc. La soleá esta considerada como la columna vertebral del flamenco. El perfecto equilibrio del cante jondo afirma González Climent. Pepe el de la Matrona la compara con el toro de casta, que no deja al torero colocarse porque tiene más nervio y bravura que él. Por todo esto, la soleá es considerada piedra de toque del cantaor y mide la calidad del mismo por su dominio en este cante.
ALBOREÁ
La alboreá es un cante ritual de las bodas gitanas que hace referencia a la virginidad de la novia. Los gitanos consideran de mal fario cantar la alboreá fuera del ritual y en presencia de payos, por lo que es un cante poco difundido. Musicalmente hay varios tipos de alboreá: la de la baja Andalucía, Sevilla y Cádiz, que se hace por bujerías por soleá, la granadina que se hace por tangos y las personales de Córdoba y Jaén.
POLO
El polo es una modalidad del cante flamenco, procedente, al parecer, del transplante de alguna imprecisa canción popular a la órbita expresivas de las soleares. El origen de su nombre es dudoso y se ha pretendido buscarle una raíz culta, basandose en cierto antiguo baile español así llamado. La misma indecisión sobre su etimología subsiste al ahondar en su procedencia flamenca; lo más seguro es que el polo y su hermana mayor la caña no sean más que formas estratificadas de las soleares, rígidamente transmitidas a partir de su poco autónoma formación. Los llamados polo de Tobalo y medio polo son desconocidos hoy; solo se conserva una única variante, el polo natural, cuya dependencia musical y literaria con las soleares es evidente y al igual que estas sus estrofas están compuestas de cuatro versos rimando el 2º con el 4º.
CAÑA
La caña es una modalidad de canción popular andaluza de gran virtuosismo vocal. La forma mas común de utilizarse su vocablo es en su plural, cañas. Su origen es confuso, algunos afirman que la palabra caña procede del árabe gaunnia que significa canto, otros consideran que la caña procede de un canto anterior, no flamenco, en cuyo estribillo se nombra a la caña, y otros consideran que la caña proviene de una vieja costumbre de cantar a las cañas, de vino, puestas en el mostrador. La estrofa de la caña no tiene una estructura propia, cualquier soleá grande, es decir de cuatro versos, se le adapta perfectamente.
PETENERA
La petenera es una modalidad de cante flamenco, con aire popular parecido a la malagueña, con que se cantan coplas de cuatro versos octosílabo, procedente de la cantera folklórica regional, aun quedan muestras en este sentido, y aflamencada después, de acuerdo con la indirecta tutela de una soleá bailable. Pueden distinguirse, aparte de la canción tradicional dos variantes flamencas de peteneras: la corta y la larga, según la extension de sus coplas y la profundidad de su acento melódico. La petenera ha sido considerada de origen judío en una época o cubano por otros basandose en los contenidos de sus letras. Hoy se estima que este cante fue creado por una cantaora nacida en Paterna de la Rivera, Cádiz, que era conocida como La Petenera y que posiblemente, recogiera de un canto popular del s. XVIII, que adquirió gran popularidad en la segunda mitad del s. XIX. Posteriormente este cante fue recogido por Medina el Viejo, creando un estilo de gran dificultad interpretativa. Pero quien le dio la forma que más se interpreta en la actualidad fue Pastora Pavón “Niña de los Peines”.
BULERIAS
Las bulerías es un canto popular andaluz, en compás de tres tiempos y ritmo vivo, que se acompaña con palmas. También se llama así el baile que se ejecuta al son de este cante. La burlería es la hija directa de la soleá. Proviene del estribillo por el que solía rematar su soleá el Loco Mateo. Este cante nació en Jerez, tomando la medida de la soleá, aligerando su compás y creando este estilo para acompañar el baile, allá por los últimos tercios del s. XIX. El origen de su nombre no está nada claro. Según unos viene de burlería o burla. Según otros proviene de bullería y éste de bulla, griterío o jaleo. Y, según otros, de cante bolero, es decir, bailable, y de ahí cante de bolería, y por derivación burlería. Lo que sí sabemos es que es un cante eminentemente gitano, lleno de gracia y compás en el que cabe cualquier copla, desde el cuplé hasta cualquier canción popular, sólo es necesario que el cantaor sepa como dar los tercios al compás de la burlería. Básicamente existen dos clases de burlería, las bulerías festeras o para bailar y las bulerías al golpe o para cantar, cuya modalidad más definida es la que suele llamarse bulerías por soleá. Las bulerías se pueden clasificar en bulerías de Jerez que son las que tiene mayor predominio del ritmo y están hechas principalmente para bailar; bulerías de Cádiz, distinta a las demás en el tono de la guitarra que las acompaña y en la que en su interpretación predomina la gracia y se prestan a los característicos trabalenguas; bulerías de Utrera y Lebrija, con cantes más lentos, marcando mucho más los tiempos, es decir, arromanceadas, son básicamente bulerías para cantar; bulerías de Triana, que, básicamente, son las que hacía Pastora Pavón “Niña de los Peines” y Manuel Vallejo; y las anteriormente mencionadas soleá por bulerías o bulerías por soleá como cante intermedio entre la soleá y burlería, si el ritmo de la soleá se acelera un poco se pasa a la soleá por bulerías, y si acelera otro poco ya estamos en la burlería.
ROMANCE
Hay dos variedades de romances. Los primitivos que se interpretan sin acompañamiento musical, es decir a palo seco, y ya descrito anteriormente y la variedad creada por Antonio Mairena al compás de la soleá bailable o soleá por bulerías, encontrándose su origen literario en los romances castellanos tradicionales.
TANGO
El tango flamenco, denominado también tango gitano o, simplemente, tango, tiene un origen muy poco definido. Es posible que provenga de un antiguo aire bailable gaditano, dotado, después, de una insuperable personalidad flamenca al ser refundido por los gitanos de la región. Ya en la segunda mitad del s. XIX los tangos se convirtieron en el más representativo de los cantes festeros para bailar, y su influjo condicionó el desarrollo de otras distintas especies flamencas surgidas por esos años. Las clases de tango más conocidas son: los de Cádiz, que son los primeros; los de Jerez, los de Triana, los de Granada, propios del Sacromonte, con dos modalidades: los merengazos y los del camino, los primeros muy rápidos y los segundos más lentos; el tango malagueño, el del piyayo, que es un tango irregular, con aires de guajira y creado por éste singular gitano, que solía acompañarse él mismo con la guitarra; los tangos extremeños, también llanados canasteros; los de Jaén, impropiamente llamados así, que son tangos poco conocidos. Al lado de las tonás, las siguiriyas y las soleares, los tangos, tanto por su ritmo como por su vigorosa capacidad expresiva, constituyen una de las formas básicas de todo el repertorio conocido de cantes y bailes flamencos.
TANGUILLO
Los tanguillos son una variante folklórica de los tangos flamencos de Cádiz, que admiten las más variadas incorporaciones, algunas de ellas forman un conjunto netamente diferenciad, ya en el terreno de lo bailable y cantes locales por chuflas, conectado con el folklore de las fiestas gaditanas de Carnaval.
TIENTOS
Los tientos es una modalidad de cante flamenco, cuyo estilo básico es una consecuencia de los tangos. Los tientos son de aparición reciente. Se ha atribuido su creación a Enrique el Mellizo, cantaor gaditano del s. XIX, y divulgados por Manuel Torre. Es posible que su denominación provenga de su relación con el tango; su compás es idéntico al de éste, pero más lento y majestuoso, es decir, es un tango “con tiento” (con cuidado, con mesura, despacio). Las letras de los tientos suelen ser sentimentales y conmovedoras, en cambio las de los tangos admite desde las humorísticas hasta las emotivas. Normalmente los tangos y los tientos se cantan juntos, se acostumbra a empezar por tientos, dada su mayor expresividad, y rematar el cante por tangos debido a que solo hay que aligerar el ritmo para pasar de uno a otro.
MARIANA
Este cante proviene de las coplas que interpretaban los gitanos por calles y plazas para hacer bailar a una mona, una cabra u otros animales amaestrados a los que llamaban así, y con los que montaban números de circo para ganarse la vida. El nombre le viene dado de una copla en cuyos versos se alude a una mona llamada Mariana. Posteriormente estas coplas se aflamencaron adoptando el compás de los tientos.
CANTIÑA
Las cantiñas conforman un grupo de cantes netamente gaditanos, y como tales llenos de gracia y ritmo, de música alegre y vivaz. Demófilo Machado decía de ellas que son capaces de hacer resucitar a un muerto y hacerlo tomar los palillos para bailar. La palabra cantiña proviene del verbo cantiñear, que quiere significar canturrear. El que cantiñea juega con el cante llevado de su inspiración e improvisando. Su origen se supone en las jotas de Cádiz, las cuales a su vez, provienen de las jotas aragonesas. Las clases de cantiñas más conocidas son: alegrías, caracoles, mirabrás, romeras, cantiñas, alegrías de Córdoba.
ALEGRIAS
Las alegrías es una danza española muy antigua, de movimientos vivos, característico del cante flamenco, sobre dos versos de rima asonante. Es un cante eminentemente festero, apropiado para el baile y emparentado con la soleá de la cual lleva su mismo compás y que viene del aflamencamiento de la jota de Cádiz. Este cante suele estar formado por tres cuerpos. El primero de ellos, o de entonación, suele introducirse por el típico tiri ti tran, tran, tran…, debido al gaditano Ignacio Espaleta. El segundo que se hace en un tono más valiente, y el tercero que puede ser más lleno o más valiente que el segundo.
CARACOLES
Los caracoles es un canto popular andaluz, de carácter ligero y festivo. Cante que lleva el acompañamiento y ritmo de las alegrías creadas según unos por Tío José “El Granadino” y según otros por Paco “El Gandul”, pero quien los recrea y populariza fue sin duda don Antonio Chacón.
MIRABRÁS
La mirabrás es una modalidad del cante flamenco, perteneciente al grupo de las cantiñas gaditanas. El nombre de mirabrás parece proceder de uno de los estribillos que acompañan por lo común a sus coplas, donde se alude concretamente a “mirabrás”, posible corrupción fonética de “mira, Blas”. Algunos autores prefieren llamarlo alegrías largas, debido a la sucesión de coplillas y pregones, de métrica libre y tono muy subido, que suelen interpretarse ligados y dentro de la pauta general de las cantiñas de Cádiz, representadas primordialmente por las alegrías. El mirabrás, decía Molina y Mairena, debe ser una adaptación flamenca de algunas canciones populares del Cádiz liberal, porque la letra transciende liberalisimo y proclama una independencia frente al rey. La letra del mirabrás se compone de tres partes, una primera que es una adaptación del flamenco de alguna canción liberal del Cádiz de la Constitución de 1812. Una segunda cuyo contenido es un pregón incluido por Chacón y que algunos llaman La Frutera y La Verdulera. Y como tercera parte contiene una cantiña de tres versos llamadas también juguetillos. Se trata de un cante para bailar, inicialmente reservado a la mujer.
ROMERA
La romera es una modalidad del cante flamenco perteneciente al grupo de las cantiñas gaditanas. Su apelativo parece venir de su presunto creador, Romero el Tito, cantaor de la primera mitad del s. XIX. Literaria y musicalmente, es cante, y baile, gemelo del mirabrás y, por lo tanto, de las alegrías, siendo frecuente que se intercambien sus respectivos y similares estribillos y coplas; aunque al contrario que las alegrías, caracoles y mirabrás que son cantes urbanos, de ciudad, la romera es un cante más campesino. Se trata de un cante muy apropiado para bailar por lo ligado de su ritmo. Según Fernando Quiñones: Tratase éste de un cante mas ligado y en cadena que las demás cantiñas gaditanas, aunque sin pérdida de la línea airosa y adornada que las caracteriza a todas, y como ellas, muy ricas en ritmo.
CANTIÑAS
Las cantiñas propiamente dichas, son cantes eminentemente gaditanos, aunque también los hay de otras localidades como Utrera, Sevilla, Lebrija; Alcalá, Córdoba. Se caracterizan por la versatilidad de su ritmo, pues en ellas cabe cualquier cante, pregón o himno político, el Tragala, Riesgo, Torrijos… etc. Algunas de ellas tienen nombre propio que reciben de su letra la Rosa, la Contrabandista, el Torrijos y otras son de creación personal como la del Pinini y el cante de las Mirris.
ALEGRIAS DE CORDOBA
Este es un cante que fue introducido en Córdoba por Onofre, el cual le dio la impronta reposada y sentenciosa característica de esta ciudad. Conserva de las cantiñas gaditanas su ritmo y compás, aunque su tema melódico es distinto.
FANDANGO
El fandango es una canción o baile, ejecutado por una pareja, con acompañamiento de castañuelas, al compás 3/4 o 6/8. En su origen, el fandango era un baile con cate de ascendencia árabe con grandes semejanzas a la zambra y a la jarcha. Este baile se extensión por toda la península dando origen a distintos bailes tales como la jota, la muñeira, alboradas, boleros, malhaos, etc. A partir del s. XVIII y con posteridad a la difusión del fandango arábigo-andaluz, surgieron en Andalucía una serie de fandangos vinculados a las tradiciones musicales de cada región. Este tipo de fandangos no constituye un estilo concreto de cante, sino un conjunto de canciones influidas por algunas formas flamencas y desarrolladas dentro del carácter folklórico de sus diferentes localizaciones andaluzas y aún murcianas, extremeñas y manchegas. El fandango puede dividirse en subgrupos: cantes de Málaga cantes de Levante o mineros fandangos de Huelva fandangos personales.
CANTES DE MÁLAGA
El fandango, al aclimatarse a los aires de las distintas comarcas de la provincia de Malaga, toman el nombre genérico de Cantes de Málaga, los más representativos de estos cantes son: verdiales fandangos abandolaos: rondeñas cantes de Juan Breva jaberas jaberotes malagueñas
VERDIALES
Los verdiales son los fandangos por antonomasia, anteriores a la aparición del flamenco y su origen está en los moros andaluces del partido de Verdiales, región olivarera de los montes de Málaga. Los Verdiales son eminentemente un baile donde el cante está supeditado al baile. Su acompañamiento musical suele esta formado por 2 guitarras, 1 laúd, 1 pandero, 1 violín y 2 pares de platillos y son interpretados por las llamadas Pandas, cuyos componentes van ataviados con vistosos trajes y curiosos sombreros.
CANTES ABANDOLAOS
Se conocen con este nombre a los verdiales que han dejado su propio acompañamiento y que adopta solo la guitarra. entre los cantes abandolaos más representativos se encuentra:
LA RONDEÑA
Es uno de los fandangos abandolaos más antiguos que se conocen, cuyo origen se sitúa en la Serranía de Ronda o bien deriva de la costumbre de cantarlos en rondas o serenatas nocturnas. Al principio fue una canción bailable de procedencia folklórica, muy divulgada desde fines del s. XVIII y adsorbida después, como ocurrió con otros fandangos regionales, por la creciente preponderancia del flamenco.
CANTES DE JUAN BREVA
Juan Breva, cuyo nombre real era Antonio Ortega Escalona, creo una serie de fandangos abandolaos con el nombre de abandolá corta, abandolá larga, verdial de Vélez. Los cantes de Juan Breva, basados en el verdial de Vélez se diferencian de las malagueñas en que los de Juan Breva son vivos y alegres y las malagueñas son melancólicas.
JABERAS
La jabera es uno de los fandangos más difíciles de cantar, debido a las características especiales de este. Parece que este estilo fue creado a principios del siglo pasado, cuando unas vendedoras de habas secas, jabas, pregonaban su mercancía por este cante.
JABEGOTES
El jabegote, también conocido como cante de los marengos, lo acostumbraban a cantar los pescaores mientras remendaban sus velas.
MALAGUEÑAS
Las malagueñas, es un cante que proviene del fandango abandolao, más concretamente de jabegote y de los cantes de Juan Breva, ños cuales se han ido transformando poco a poco. Las malagueñas suelen ser más de estilos personales que de estilos locales. De ellas ha dicho Andrade de Silva que es un cante de rompe y rasga y de entrega tierna. Cante que suspira, solloza y se encrespa. Cantes influenciados por los fandangos de Málaga son: fandangos de Lucena fandangos de Cartagena fandangos de Almería fandangos de Facinas verdiales cordobesas
CANTES DE LEVANTE
Con este nombre genérico se conoce los estilos propios de Granada, granaína, media granaína y fandangos; de Málaga, malagueñas, verdiales y fandangos; de Almería, tarantas, tarantos y fandangos; de Jaén, tarantas y de Murcia, cartageneras, tarantas, fandangos mineros, murcianas y levanticas. Los cantes de Málaga ya los hemos visto anteriormente.
GRANAÍNA
La granaína y la media granaína son realmente los cantes representativos de Granada. La granaína es un cante cuya copla está formada por cinco versos octosílabos. En su origen era un cante más folklórico que flamenco. Fue recogido por don Antonio Chacón, el cual le inyecto savia flamenca engrandeciendolo y dandole difusión creando después la media granaína. La granaína es más sencilla que la media granaína, y bien interpretada puede llegar a la altura de la malagueña, conociéndose antiguamente como granaína-malagueña. La media granaína, por el contrario, es preciosista, más afiligranada que la granaína, pudiéndose decir que es el bel canto popular andaluz. Este cante que al principio se solía cantar solo, hoy en día se hace como remate de la granaína denominándose por tanto granaína y media. Se da la circunstancia que Chacón, su creador, llamó granaína a lo que hoy en día denominamos media granaína y media granaína a lo que conocemos como granaína. El cambio de estas denominaciones no es conocido por los investigadores del flamenco. Los fandangos de Granada es un cante más folklórico que flamenco, existen como más conocidos los fandangos de Güejar-Sierra fandangos de La Peza fandangos de Almuñecar o Robao fandangos de Baza fandangos de La Puebla de Don Fabrique.
LA TARANTA
La taranta parece ser que se deriva del fandango de Almería, como tal conserva la estructura literario de los fandangos, estrofas de cuatro o cinco versos octosílabos, de los que se repite el primero o el segundo. Existen otras modalidades de tarantas, las tarantas levantinas, las tarantas de Linares, etc., esta última presenta mayor dificultad que las anteriores, sus tercios se alargan y el cantaor debe luchar por no perder la linea melódica de la misma. El nombre de taranta proviene del apodo de tarantos que suele aplicarse a los naturales de Almería, provincia donde adquirió este cante su más definida proyección. extendiendose luego a Jaén y Murcia; representa, al lado de la cartagenera, una de las dos vertientes fundamentales de los llamados cantes de las minas.
TARANTO
El taranto es una modalidad del flamenco emparentado con la taranta de la cual es su más característico exponente. Se distingue de esta en su toque acompasado propio para ser bailado y una interpretación muy superior al de otras tarantas..
MINERA
La minera nace en las minas de la Sierra de La Unión en Murcia y sus letras hacen referencia a la vida y vicisitudes del minero, trazadores como estos de un cante duro y de difícil interpretación.
CARTAGENERA
La cartagenera es un cante urbano, de ciudad. Parece ser que procede del fandango de Cartagena y que su creación se debe a cantaores profesionales defiendo su engrandecimiento y difusión a don Antonio Chacón.
FANDANGOS DE HUELVA
En Huelva, el fandango sufre un proceso de aflamencamiento, por otra parte similar al ocurrido en otros estilos, que irá transformando al antiguo baile convirtiendolo en un cante independiente. Se conoce genéricamente con el nombre de fandango de Huelva a más de 32 estilos distintos de fandangos locales que existen en dicha provincia, estos, y dependiendo de su comarca de origen, se podría agrupar de la siguiente forma:
ZONA SERRANA
Zalamea la Real (4 estilos) Minas de Rio Tinto Encinasola Almonaster la Real (4 estilos) Fandangos serranos anónimos
ZONA DEL ANDEVALO
El Cerro del Andévalo (3 estilos) Valverde del Camino (4 estilos) La Puebla de Guzmán Paymogo Tharsis Alosno (mas de 18 estilos, 12 personales) Cabezas Rubias Santa Barbara de Casas Calañas
ZONA LITORAL
Huelva capital (6 estilos)
FANDANGOS PERSONALES
Los fandangos personales son muchos y variados, siendo su calidad relacionada con el interprete y derivan de otros tipos de fandangos según la región o el estilo del cantaor. En base de esto se podría conocer los siguientes tipos fandangos relacionados con Huelva fandangos relacionado con la granaína fandangos relacionado con las malagueñas fandangos relacionados con la soleá
CANTES AFLAMENCADOS
Se denominan así a los cantes recogidos desde el rico y variado folklore andaluz, aflamencandolo y dando lugar a innumerables estilos que sin ser absolutamente flamencos, si entran dentro de la influencia del flamenco.
SEVILLANAS
Las sevillanas es una forma andaluza de la seguidilla tradicional castellana, y más concretamente, de la manchega. Es uno de los más característicos ejemplos de canción folklórica aflamencada, fundamentalmente referida al baile “de palillos”; su popularidad es extraordinaria e irradió desde Sevilla y Huelva a otras distintas regiones andaluzas. Existen numerosas especies de sevillanas para bailar bautizadas según sus temas o circunstancias ambientales y sujetas siempre a un especial dinamismo en la creación de nuevas variantes. Las más conocidas son: de feria: canta la gracia de la feria, de la ciudad, de sus monumentos, toreros y personajes famosos. rocieras: son un poco más lentas y se interpretan en la Romería del Rocío. Actualmente son las más conocidas. corraleras: se cantaban en los corrales de vecinos, hoy en día están a punto de perderse, son de un aire sencillo, primitivo, y de mucho sabor popular. marineras: se suele cantar en las zonas costeras de Huelva y Cádiz, sus letras hacen referencias a temas relacionados con el mar. romeras: interpretadas en las diversas y populares romerías andaluzas. bíblicas: inspiradas en La Biblia y hechos históricos, esta muy difundidas en Huelva y son conocidas también como seguidillas alosneras. boleras: llamadas antiguamente sevillanas dobles por tener más dificultad en los pasos de baile. Las sevillanas se suelen acompañar principalmente por guitarra y palmas, aunque las denominadas rocieras llevan acompañamiento de pito o flauta y tamboril, también admite las castañuelas y actualmente, algunas, llevan acompañamiento musical. El desarrollo del baile de las sevillanas consta de tandas de cuatro sevillanas, sin embargo en sus inicios, y sobre todo las sevillanas boleras, constaban de ocho partes que reproducen el acercamiento del hombre a la mujer para enamorarla, describiendo las distintas etapas de la pareja.
SAETA
La saeta, oración hecha cante, es una modalidad de cante flamenco de motivo religioso. Sus orígenes y vinculación a la semana santa no están suficientemente definidos. Lo probable es que sus formas iniciales fuesen adaptaciones de antiguas salmodias litúrgicas católicas dentro del mundo expresivo de las tonás; en este caso, su más inmediato antecedente histórico sería el “pregón”. Medina Azahar afirma que la saeta fue creada por los judíos conversos para convencer a la iglesia de su conversión al cristianismo y que la cantaban aunando en ella la máxima devoción y su más terrible desesperación. También se dice que tubo su origen en los almuédanos andaluces, cuyo oficio consiste en convocar a la oración a los fieles mahometanos desde el minarete. Posteriormente quedó olvidado este canto hasta que en Sevilla, en ocasión en que llevaban a la dehesa de Tablada a los condenados en un auto de fe, la madre de uno de ellos, transida de dolor, cantó la canción de los almuédanos, y tal sentimiento, tal pena puso en ello, que impresionado vivamente el pueblo, hizo que en ocasiones análogas se siguiera repitiendo. El nacimiento de la saeta popular, no flamenca, se remonta aproximadamente a 1840. Tenia una entonación grave, pausada y monótona, más parecida a una plegaria cantada. Esta saeta primitiva fue recogida por interpretes locales creando diferentes estilos tales como: saeta antigua de Córdoba, la samaritana de Castro del Rio; las cuarteleras de Puente Genil; las de Marchena llamadas sextas, de pie quebrado o retorneas; en Mairena las revoleás, etc. Actualmente se conocen dos clases de saetas, relacionadas respectivamente con la toná: martinete, carcelera; y con la siguiriya.
CAMPANILLEROS
Los campanilleros son cantes que provienen de aquellas canciones de carácter religioso que solían entonar el Rosario de la Aurora por los hermanos cofrades.
VILLANCICOS
El villancico flamenco procede del villancico popular, se trata de un canto religioso de índole navideña, por lo general alegre, que recoje pasajes del nacimiento de Cristo y que se interpretan desde muy antiguo: Existen otros villancicos que provienen de meter a compás de la bulerías o el tanguillo, letras navideñas.
BAMBERAS
La bambera es el ejemplo más claro del aflamencamiento de las canciones populares. Procede de las costumbre de acompañar con el cante el balanceo de una bamba o columpio que se solía instalar entre dos arboles con una soga gruesa y una tabla, que servia de asiento, en la fiestas camperas o romerías.
CANTES DE TRILLA O TRILLERA
La trillera es una canción popular andaluza, de origen folklórico campesino, circunstancialmente influida por algunos rasgos flamencos externos. Se trata de un canto laboral, de la misma procedencia que las temporeras y pajaronas, y ligado, como su nombre indica, a las faenas propias de la siega y la trilla; su zona de difusión se extiende desde Huelva a Jaén. Se canta sin acompañamiento musical, es decir a palo seco, el compás lo ponía el repicar de las campanillas de los arreos de la mula.
NANA
La nana flamenca se trata de una canción andaluza de cuna, del mismo presunto origen folklórico que las llamadas trilleras, vagamente influida por ciertos matices ornamentales del flamenco. Lo más seguro es que surgieran espontáneamente, al calor de la música popular con que estaban más familiarizadas las madres andaluzas. La nana moruna es una modalidad del cante flamenco, totalmente en desuso en la actualidad. Según algunos vagos testimonios, es posible que fuese una forma tributaria de los primitivos romances o corridas, recreados dentro de los moldes expresivos de las tonás. Literariamente, consistían en romances tradicionales castellanos, más o menos corrompidos por la tradición oral. El origen de su nombre no está lo suficientemente aclarado, aunque puede ser una consecuencia , como ocurre con las nanas flamencas, de la constumbre de acunar a los niños, cantandoles ciertos romances históricos moriscos, popularizado entre los gitanos.
FARRUCA
La farruca es una canción y baile tributarios del cante flamenco, procedentes de ciertos influjos folklóricos galaicoasturianos importados a Andalucía por los emigrantes de aquellas regiones. Esta canción aflamencada, acompañada del baile del mismo nombre, tubo un periodo de auge a principios del s. XX. A partir de los años treinta, el cante desapareció casi por completo, aunque el baile, de cualidades muy superiores a aquel, haya continuado interpretandose con regular frecuencia.
GARROTÍN
El garrotín es una forma tributaria del cante flamenco, procedente de ciertos influjos folklóricos asturianos. Esta canción, acompañada del baile de su nombre, tuvo un periodo de auge a principios de s. XX, bajo el estimulo de la moda de los cafés cantantes. Consta de cuatro versos de ocho silabas y de un estribillo. Es muy posible que, como baile, interpretado a compás de tango, fuese creado por los gitanos catalanes.
CANTES DE IDA Y VUELTA
Se denominan como cantes de ida y vuelta o cantes indianos, a un conjunto de cantes, conocidos desde mediados del siglo pasado, que han resultado del aflamencamiento de músicas del folklore del centro y sur de América. Su denominación de debe a la estimación de que el folklore del que procede se originó en las músicas que llevaron a aquellas tierras los conquistadores españoles. Allí se aclimataron y recogieron las características musicales de aquellas latitudes volviendo a los puertos andaluces, en las gargantas de los marineros y soldados que regresaban a su tierra, así como de los cantaores flamencos que estuvieron trabajando en aquellas latitudes.
GUAJIRA
La guajira es una canción aflamencada procedente de ciertos aires populares cubanos, su nombre procede de los guajiros o campesinos de Cuba, llegados a España en la segunda mitad del s. XIX, coincidiendo con la llegada de los soldados españoles de la guerra de Cuba, los cuales venían cantando guajiras cubanas y que rápidamente fueron integradas en el flamenco En su forma andaluza, que solo coincide tangencialmente con el flamenco, es una copla híbrida, influida muy de cerca por el compás de los tangos gaditanos. Sus letras suelen ajustarse a la combinación métrica de la décima o espinela, son alegres y melancólicas con un leve sentido picaresco.
MILONGA
La milonga proviene del folklore argentino, concretamente del Mar de Plata. Sus estrofas están compuestas por cuatro versos octosílabos de los que suele repetirse uno. Se afirma que la milonga que hoy se canta está más cerca de la petenera y de la farruca que de la propia milonga argentina o de los tangos que a su son es como se introdujo en un principio.
COLOMBIANA
La colombiana, a pesar de estar incluido dentro de los cantes de ida y vuelta, y a pesar de que su música recuerde ritmos americanos, no tiene nada que ver con aquellas latitudes y mucho menos con Colombia, pues allí no existió nunca una canción con ese nombre o ritmo. La colombiana nace en 1930 como una desviación de la rumba. La letra de este cante está formada por seis versos octosílabos, de los que se repiten dos a modo de estribillo.
RUMBA
La rumba es una modalidad flamenca derivada de un baile popular cubano de origen africano. La rumba es de compás binario y su linea melódica tiene un ritmo complejo en el que abundan los contratiempos y las sincopas. Los instrumentos que la acompañan son preferentemente de percusión: güiros, claves, tambores, etc. Es interpretado generalmente por una pareja no enlazada y su carácter erótico está simbolizado por el movimiento del cuerpo de la bailarina. A la misma familia de la rumba pertenecen la conga, el danzón y el son. En España esta siendo divulgada recientemente la rumba flamenca por gitanos andaluces y catalanes. De ahí sus nombres conocidas como rumba andaluza y rumba catalana. En ellas los elementos afrocubanos predominan sobre los flamencos.
VIDALITA
La vidalita es un cante que procede del folklore argentino, especialmente de sus campos, sus coplas están formadas por cuatro versos octosílabos y su cante es lento y triste, haciendo referencia a temas amorosos, desengaños, traiciones, etc.
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