Por la rareza del medio en que se desarrolló –la Amazonia americana-, la música surgida en las Misiones que los padres jesuitas fundaron en diferentes territorios de América del Sur es un verdadero milagro. En las llamadas reducciones guaraníes del Paraguay, por ejemplo, se llegaron a representar óperas como El rey Orontes de Egipto, Felipe V o Los pastores del Nacimiento del Niño Dios en el siglo XVIII. Sus autores podrían ser europeos, como Zípoli, o algún indio de la reducción, que tal vez era organista, violinista, etc. y además componía. Se sabe que se representaron “al estilo italiano y en su mayor parte al son de la espineta y harpa”. Charlevoix escribió que “los jesuitas, navegando por los ríos, echaron de ver que cuando, para explayarse santamente, entonaban cánticos espirituales, acudían a escucharlos los indios en tropel, y parecían tener en ello especial gusto”. El padre Manuel Nóbrega llegó a decir: “Dadme un coro de aventajados músicos y haré cristianos a cuantos indios existen”.
A muchos músicos españoles, hoy bien conocidos, y otros europeos, se los disputaban las Misiones. Del francés Luis Berger se decía que “oyéndole cantar (los indios) permanecían hasta cuatro horas como inmóviles y como estáticos”. En 1631, el general de los jesuitas en Chile escribía al provincial del Paraguay: “Menester es que V.R. use de mucha caridad con el provincial de Chile, prestando por un par de años al hermano Luis Berger para que introduzca la música en Chile”. Era Berger un hábil tañedor de cítara, tocaba el violín y fabricaba violines. El padre Nicolás Durán asegura que “aprendieron los indios con admirable facilidad a cantar y tañer instrumentos, siendo su primer maestro nuestro hermano Luis Bergier, insigne citarista”.
Un famoso cantor tirolés, llamado Antonio Sepp, llevó a cabo una asombrosa labor de enseñanza del canto a muchos indígenas de las Misiones y compuso además muchas canciones en guaraní. En 1692, Sepp había formado a buen número de instrumentistas entre los indios: 6 trompetas, 3 tiorbas, 4 organistas, 30 tañedores de chirimía, 10 de fagote o bajón. Sabemos que Sepp introdujo en las Indias arpas, trombones, zampoñas, clarines, y hasta el órgano “conquistando con esto renombre imperecedero”.
escrito por Samuel Claro
la musica en las misiones jesuitas de moxos
http://www.revistas.uchile.cl