Nada se sabe sobre su formación musical. El propio Valderrábano afirma en el prólogo a su obra “Silva de Sirenas” que se dedicó a los estudios musicales desde la niñez y que lo que ‘en muchos años pude alcanzar, me atreví a hazer esta obra’.
Publicada en 1547, esta “Silva de Sirenas”, llamada así por su heterogéneo carácter antológico, recoge, junto a su excelente repertorio de compositores europeos, la muy valiosa antología de romances viejos y canciones castellanas.
Efectivamente, durante los 12 años en que estuvo ocupado preparando el libro citado, afirma su autor que recogió en él “de muy graves y aprovados músicos lo más provechoso para buenos oydos y afficionados della”.
El pensamiento de Valderrábano concuerda con las palabras siminares que aparecen en la aprobación del libro: “Aveys hecho un libro de cifra… para tañer en la vihuela, donde ay cosas muy subtiles y de gran provecho e ingenio”.
Además de la abundante serie de fantasías del autor, figuran en la Silva de Sirenas, según dijimos, romances antiguos y canciones castellanas de inestimable valor, junto a obras polifónicas de carácter sagrado compuestas por Josquin des Prés, Willaert, Gombert, Archadelt, Baldovin, Jachet de Mantua, Francesco Milano; y por los españoles Cristóbal Morales, Juan Vásquez, Diego Ortiz y algunos más.
Sin embargo, para nuestros días, el valor del libro de Valderrábano reside principalmente en la colección de fantasías compuestas por él mismo y en la rica colección de canciones con texto vulgar castellano, transcritas y glosadas para canto y vihuela.
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Libro de música de vihuela intitulado Silva de Sirenas (1574)