Se trata de un cordófono pulsado, de fondo plano y escotaduras laterales en los aros. Éstos aumentan gradualmente su altura, ensanchándose desde el cordal inferior hasta el mástil y dotando al instrumento de una característica forma de cuña. Generalmente la cítola tenía un cuerpo monóxilo, es decir, vaciado a partir de un solo bloque de madera que incluía también el mástil. Éste, en algunos ejemplares, tiene el mismo grosor que la caja de resonancia, continuando en aumento la mencionada forma de cuña hasta el clavijero. En estos casos, y para hacerlo practicable, tras el mástil se realizaba un corte longitudinal en la madera que permitía al músico, durante la ejecución, deslizar el dedo pulgar de la mano izquierda por detrás del diapasón. Esta forma es muy frecuente, apareciendo en numerosas representaciones iconográficas. En el British Museum de Londres se conserva un instrumento original de finales del siglo XIII o principios del XIV. La cítola aparece con frecuencia en la iconografía medieval española destacando entre otras las representadas en las Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio, en el Pórtico de la Majestad de la Colegiata de Toro (Zamora), en el Pórtico de la Iglesia de Sasamón (Burgos), en la Iglesia de San Miguel de Estella (Navarra), en el Palacio de Gelmírez de Santiago de Compostela, etc.
Escrito por Pepe Rey
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