Charlie Patton (Y no Charley como normalmente se le llama debido a un error muy extendido; al menos los contratos los firmaba como Charlie) podría ser una más de las muchas grandes figuras que recorrieron el delta cantando y grabando blues en las prolíficas décadas de los veinte y los treinta, otro bluesmen pionero a los que los músicos posteriores admiran, rinden tributo e imitan. Pero hay algo diferente, para empezar Patton fue uno de los intérpretes más admirado en su época, alguien al que muchos de los grandes deben lecciones y, sobre todo; reconocen como una de sus influencias. Nadie como él (salvo Blind Lemon Jefferson), tuvo tanta fama en vida ni fue tan considerado por los músicos de su época. La diferencia es que a Blind Lemon la vida le llevó a emigrar al norte donde gozó de una buena situación económica y de unas condiciones que le permitieron grabar y actuar en un entorno de privilegio. Charlie casi nunca salió del circuito de las fiestas campestres y de la miseria de las plantaciones. Con el paso de los años tampoco tuvo mejor suerte y otros intérpretes que se consideraban sus discípulos le pasaron de largo en la época de las reediciones, el descubrimiento de los viejos bluesmen y la forja de leyendas. Patton ya estaba muerto y le importaría muy poco el asunto, pero en ocasiones la vida es así de injusta y hay a quien siempre le toca bailar con la más fea.
La fecha de su nacimiento es incierta, para unos en 1881, o en 1991, y para otros 1887, pero todas las s versiones coinciden en el mes de abril y en que el hecho se produjo en una granja cerca de Edwards, una pequeña población del condado de Hinds, en el centro del estado de Mississippi. Era hijo ilegítimo del violinista Henderson Chatmon (a pesar de ello nunca tuvo contacto con sus hermanastros que más tarde formarían los Mississippi Cheicks, la legendaria familia Chatmon) y de una mujer llamada Anney que posteriormente se casa con un predicador de nombre Bill Patton que reconoce y da el apellido al niño. Los rasgos faciales de Patton, su tez clara y su pelo no muy encrespado; hacen pensar que corría sangre blanca e india por sus venas.
Hacia 1897 la familia Patton se instala en la Plantación Will Dockery, cerca de Cleveland y uno de los puntos clave en la historia del blues del delta por los músicos que la habitaron y los que actuaban en las fiestas de los fines de semana. Allí fue motivado y recibió sus primeras lecciones de guitarra a mano de Henry Sloan, un misterioso bluesman del que no se conocen grabaciones, del que sabemos que emigró a Chicago después de la Primera Guerra Mundial. Por supuesto no hay pruebas, pero muchos historiadores identifican a Sloan con el músico que inspiró W.C: Handy a escribir “St. Louis Blues” al que describe en su autobiografía como “… un negro flaco, flojo. Había empezado a tocar la guitarra a mi lado mientras estaba dormido. Sus ropas eran harapos, los dedos de sus pies se asomaban entre los agujeros de sus zapatos. Su rostro llevaba la tristeza de los años. ¡Como tocaba!, él presionaba un cuchillo sobre las cuerdas de la guitarra. … El efecto fue inolvidable … el cantante repetía la línea “Goin’ where the Southern cross the Dog” tres veces, acompañándose asi mismo con una guitarra con la música más extraña que había escuchado.”. Más tarde, Tommy Johnson y Son House; dos de los acompañantes habituales de Patton afirmarían que este heredó de Sloan la tenacidad a la hora de asegurar cada uno de sus pasos.
A principios de siglo ya era un consumado guitarrista y un músico notable que animaba las cenas y los bailes de la zona. En 1900 se casa con una mujer llamada Gertrude. El matrimonio no durará mucho y en 1908 vuelve a hacerlo con Millie Toy. Hasta 1920 alterna las estancias en la zona de las plantaciones cercanas a Drew y el trabajo en sus bailes con vagabundeos por los cuatro puntos cardinales del estado. Conoce a Willie Brown que se convierte en su mejor acompañante. También toma contacto con Tommy Johnson, Cap Holmes y otros muchos, hacia 1923, conoce a Son House. Brown sigue siendo su sideman favorito durante toda la década.
En directo, Patton era todo un espectáculo, tocaba con la guitarra entre las piernas o colocándola tras su espalda, la volteaba para utilizarla como percusión y saltaba y se movía como un poseso por el escenario. Sabía cómo hacer que el público bailase y se divirtiese. Se cuenta que su voz era tan potente que, sin necesidad de amplificación podía escucharse en medio del jolgorio de un baile de sábado noche a unos cien metros de distancia.
Practicaba el slide con destreza y utilizaba afinaciones abiertas, especialmente la “Spanish tuning” con la que grabó muchas de sus canciones. Su repertorio se repartía (como era habitual en la época en que el blues era todavía un género incipiente) entre sus propias composiciones, la música religiosa y las baladas tradicionales. Aunque parece ser que en 1927 ya había conocido a Ralph Lembo, un cazatalentos que tenía una tienda en Memphis; fue en la primavera de 1929 cuando Henry Speir, tras escucharle en una fiesta de la plantación Dockery, le conduce a los estudios Gennet en Richmond (Indiana) donde el 14 de junio graba catorce canciones que serían adquiridas por el sello Paramount en una sesión memorable por la calidad de las interpretaciones. Hay quien afirma que fue precisamente ese día cuando el Delta ocupó un lugar principal en la historia del blues, de hecho Patton fue el primer músico proveniente de la zona que vendió un buen número de discos en vida y gozó de fama y reconocimiento en todos los estados.
El primero de sus discos Pony Blues/Banty Rooster alcanza unas ventas aceptables. En octubre vuelve a ser requerido por la Paramount . Speir tiene problemas en localizarle porque, al parecer había tenido que abandonar la plantación Dockery a causa de los problemas ocasionados por su relación con una mujer casada. Esta vez en Grafton, Wisconsin; registra otros 24 temas algunos de ellos en compañía de Henry Sims, un músico que pasaría a la historia por su larga asociación con Patton y porque en 1942 bajo en nombre de Son Simms grabaría para la Biblioteca del Congreso en compañía de un jovencísimo Muddy Waters.
Se cuenta que en esa época Sims y Patton emprendieron un viaje por ferrocarril hasta Chicago pero, aunque Patton ya era una figura en el área del Delta, la gran ciudad no le acogió y volvió al entorno de las plantaciones sureñas. Por aquellas épocas Charlie, que siempre había bebido y fumado en exceso, tenía serios problemas de dependencia con la cocaína. La letra de sus canciones no oculta el hecho de su adicción pero también habla de las catástrofes naturales, de los problemas raciales y de otra multitud de temas que serían recurrentes en la siguiente generación de bluesmen. También hay datos inexactos que hablan del breve paso de Patton por una prisión estatal.
En lo personal, a Patton se le consideraba un dandy en el Delta, un personaje que atraía a las mujeres aunque no dudase en mantener duros enfrentamientos con ellas (también de eso se habla en sus canciones) y que, a pesar de su baja estatura y su constitución física no muy corpulenta; no rehusaba ni se echaba para atrás en las peleas que a menudo provocaba él mismo por no saber tener quieta la lengua. De resultas de uno de esos encontronazos provocados por asuntos de faldas una fea cicatriz le acompañó desde 1931 hasta el resto de sus días. Al andar cojeaba visiblemente como consecuencia de una herida de bala.
En una época en la que todo cantante de blues tenía un (o varios) apodo, a Charlie se le conocía en el Delta como “Old wide mouth”, “Vieja bocaza” no por su habilidad como vocalista sino por su incapacidad para mantener la lengua quieta aunque ese hábito le metiese en problemas. Entre otras cosas fue pionero en criticar en sus canciones el comportamiento de los blancos de su época haciendo referencias a personajes concretos y, si eso lo grababa en sus discos; podemos imaginar que en sus actuaciones no se quedaría corto a la hora de hablar de patrones y políticos locales. Otras canciones hacía claras referencias a temas sexuales en una forma tan explícita que Paramount se planteó seriamente grabarlas e incluso parece ser que rechazó un buen número de las Patton cantaba en sus directos.
En 1930, a pesar de la crisis producida por la mala situación económica; la Paramount vuelve a llamarlo para grabar y acude acompañado de sus amigos Willie Brown y Son House, al pasar por Claxton recogen en el camino a la pianista Louise Johnson. Son House graba allí los primeros discos a su nombre y Louise los únicos de su carrera. Charlie registra cuatro temas acompañado de Brown. Nunca le perdonó a Son House el que la bella pianista le eligiese a él y volviese a casa convertida en su pareja.
La Gran Depresión chafa algunos proyectos interesantes y Patton vuelve a contraer un nuevo matrimonio, esta vez con Berta Lee asentándose en la casa de ella, en Cleveland. Tras un par de años recorriendo garitos por todos los estados limítrofes bien solo o bien en compañía de otros músicos.
En 1933 sufre algunos problemas cardíacos y es requerido nuevamente para grabar, esta vez en Nueva York. Allí acude acompañado de su esposa que había iniciado una carrera como cantante. Allí registran, entre el 30 de enero y el primero de febrero de 1934, treinta temas; algunos cantados por Patton, otros a dúo y algunos por Berta Lee de la que se editó un disco. Este y cinco a nombre de Patton es todo lo que se conserva de esas sesiones, el resto fue destruido por la compañía en un intento de hacer hueco en sus almacenes deshaciéndose de viejas e inútiles matrices.
Parece ser que tuvo otra posibilidad de grabar en Nueva York poco más tarde cuando residía en la plantación Heathman-Deadham en compañía de una nueva mujer. Su salud ya era muy frágil y, tras sufrir un ataque de reumatismo articular, su corazón no resistió más. Falleció el 28 de abril de 1934. Se cuenta que pasó sus últimos días meditando sobre el Apocalipsis y lanzando sermones a todo el que acudía a visitarle.
Fue enterrado en el cementerio de Holly Ridge.
http://www.tabernablues.com/2011/10/06/charlie-patton-pionero-en-el-delta/